A mí me sucede eso con muchas newsletters empresariales o profesionales, con esa tendencia tan de moda de tratarte como a un colega. «¿Sabes lo que me pasó ayer?»; «No te vas a creer lo que ocurrió»; etc.
Creo que se abusa tanto del —supuesto— poder persuasivo de la segunda persona que, al final, nos pasamos de frenada y acabamos escribiendo auténticas parábolas bíblicas con las que intentar hacer proselitismo (casi siempre comercial).
Y a mí, como a ti, me rechina mucho, pero mucho, que me agarren del brazo con esa confianza…
Sí, fíjate que en newsletters más comerciales que me puedan interesar ni me he metido precisamente porque se ve eso a lo lejos. Bastante tengo con LinkedIn... y es una pena porque hay contenido muy bueno por ahí que agota por todo ese tono.
A mí también me molesta un poco. Sobre todo, si es a modo de lección. He leído el caso de una escritora que hablaba a los lectores solo hacia el final en tono cómplice y como agradecimiento por leerla, pero ya. A veces hasta me genera una incomodidad como de que se mete en mi vida cuando lo que yo quiero es meterme en la suya, no en la del autor/a sino en la del personaje en cuestión.
Por cierto, casualmente vi un vídeo que compartió Patri Benito en su newsletter Hanami que iba en relación a escribir para nadie, para uno/a mismo/a :) https://labenitoescribe.substack.com?r=17kx26
Sí, con cosas puntuales, introducciones, agradecimientos como comentas lo entiendo :) es la abundancia y las lecciones lo que me puede... me alegra no ser la única.
jajaja qué rebeldía . . nunca me ha molestado el uso de la segunda persona en la lectura . . supongo que lo siento como una posibilidad más . . por un lado entiendo lo que dices, pero supongo que dirigirte a alguien busca la implicación del lector, una acción por su parte . . nunca lo había pensado . . supongo que no me molesta que alguien reclame mi atención para hacer lo que propone, ya que a fin de cuentas no tiene ningún poder sobre mí, porque yo puedo elegir si le leo o me pongo a otra cosa
me compré hace poco "el arte de crear" de rick rubin abducida por su preciosa edición en tapa dura y entelada en loneta gris . . y lo amé desde el momento en que lo empecé a leer . . dice muchas cosas que me resultan muy parecidas a "el camino del artista", de julia cameron, lo que me resulta muy llamativo, ya que una es escritora y el otro trabaja en el mundo discográfico . . un hombre y una mujer . . y muchas explicaciones son similares, sobre todo en esa parte mística a la que te refieres . . yo estoy dejándome impregnar por todo ese misticismo porque me hace feliz y siento, pudiendo escoger, que prefiero estas creencias . . por ahora al menos!
Lara, qué buen escrito. Aprovecho de recomendarte el libro “Confianza o sospecha” de Gabriel Josipovici, donde pudieras encontrar —perdón, se pudiera encontrar 😅— orientación sobre las herramientas posmodernas (de la era de la sospecha) que no existían en la modernidad (época de la confianza). Josipovici argumenta que la escritura dejó de ser una tradición de oficio (de maestro-aprendiz) por lo que cada quien hace lo que puede.
A mí me sucede eso con muchas newsletters empresariales o profesionales, con esa tendencia tan de moda de tratarte como a un colega. «¿Sabes lo que me pasó ayer?»; «No te vas a creer lo que ocurrió»; etc.
Creo que se abusa tanto del —supuesto— poder persuasivo de la segunda persona que, al final, nos pasamos de frenada y acabamos escribiendo auténticas parábolas bíblicas con las que intentar hacer proselitismo (casi siempre comercial).
Y a mí, como a ti, me rechina mucho, pero mucho, que me agarren del brazo con esa confianza…
Sí, fíjate que en newsletters más comerciales que me puedan interesar ni me he metido precisamente porque se ve eso a lo lejos. Bastante tengo con LinkedIn... y es una pena porque hay contenido muy bueno por ahí que agota por todo ese tono.
A mí también me molesta un poco. Sobre todo, si es a modo de lección. He leído el caso de una escritora que hablaba a los lectores solo hacia el final en tono cómplice y como agradecimiento por leerla, pero ya. A veces hasta me genera una incomodidad como de que se mete en mi vida cuando lo que yo quiero es meterme en la suya, no en la del autor/a sino en la del personaje en cuestión.
Por cierto, casualmente vi un vídeo que compartió Patri Benito en su newsletter Hanami que iba en relación a escribir para nadie, para uno/a mismo/a :) https://labenitoescribe.substack.com?r=17kx26
Sí, con cosas puntuales, introducciones, agradecimientos como comentas lo entiendo :) es la abundancia y las lecciones lo que me puede... me alegra no ser la única.
jajaja qué rebeldía . . nunca me ha molestado el uso de la segunda persona en la lectura . . supongo que lo siento como una posibilidad más . . por un lado entiendo lo que dices, pero supongo que dirigirte a alguien busca la implicación del lector, una acción por su parte . . nunca lo había pensado . . supongo que no me molesta que alguien reclame mi atención para hacer lo que propone, ya que a fin de cuentas no tiene ningún poder sobre mí, porque yo puedo elegir si le leo o me pongo a otra cosa
me compré hace poco "el arte de crear" de rick rubin abducida por su preciosa edición en tapa dura y entelada en loneta gris . . y lo amé desde el momento en que lo empecé a leer . . dice muchas cosas que me resultan muy parecidas a "el camino del artista", de julia cameron, lo que me resulta muy llamativo, ya que una es escritora y el otro trabaja en el mundo discográfico . . un hombre y una mujer . . y muchas explicaciones son similares, sobre todo en esa parte mística a la que te refieres . . yo estoy dejándome impregnar por todo ese misticismo porque me hace feliz y siento, pudiendo escoger, que prefiero estas creencias . . por ahora al menos!
Lara, qué buen escrito. Aprovecho de recomendarte el libro “Confianza o sospecha” de Gabriel Josipovici, donde pudieras encontrar —perdón, se pudiera encontrar 😅— orientación sobre las herramientas posmodernas (de la era de la sospecha) que no existían en la modernidad (época de la confianza). Josipovici argumenta que la escritura dejó de ser una tradición de oficio (de maestro-aprendiz) por lo que cada quien hace lo que puede.
Te leo.
Coincido contigo: el libro es para que el autor cuente cosas, no para que nos aleccione sobre qué debemos hacer o cómo. Un cordial saludo